¡Tenemos algo que puede interesarte! Una amiga nuestra de las que todavía no te hemos hablado o al menos, no lo suficiente. Nos referimos a la lavanda. ¿Se te ocurre una flor más asilvestrada, bonita y con un aroma igual? Seguro que no.
Lo bueno de la lavanda, entre otras muchas cosas, es todo lo que simboliza: sanación espiritual a través de la calma y de la tranquilidad que otorga, nos libera de miedos y de bloqueos internos, gracias a su aroma y, cuenta la mitología clásica que al tacto, resulta ser una planta curativa para todo tipo de problemas cutáneos. Como veis, la lavanda está rodeada de connotaciones positivas, pero hay que saber mirarla con cariño y con paciencia y sobre todo, saber cuidarla como merece.
Otra cualidad de esta flor es que no requiere de cuidados específicos: tanto si ves en un clima seco como húmedo. Eso sí, asegúrate de que el sol le de directamente y si son en torno a 6 horas diarias, ‘mejor que mejor’.
¿Qué más cosas hay que saber sobre ella? Cuidado con el drenaje: la lavanda soporta muy bien la lluvia pero el suelo donde crece debe estar lo suficientemente poroso para poder drenar bien y secarse lo más rápido posible. Por ello, vemos importante que dejes circulación de aire entre tus plantas de Lavanda. Evita que se hacinen entre ellas. ¡Sólo requiere de riego mientras crecen los esquejes y hasta que se formen del todo sus raíces!
¿Por qué elegirla para nuestra boda? Es la pregunta del millón, pero lo cierto es que nos encanta, como apasionadas de las bodas que somos. La lavanda es juvenil grácil e inocente. Además, su personalidad silvestre, es ideal para novias con toque aniñado o alocado. Una flor alegre que llenará tu boda de un aroma inconfundible al que pocos se resisten.
¿Qué tipo de bodas precisan de esta flor? Sobre todo, las bodas civiles al aire libre, las bodas rústicas o de halo campestre, las bodas románticas y con toque nostálgico, las bodas boho chic y las bodas en petit comité, entre muchas otras.
Haz ramitos de lavanda para tus mejores amigas y no dudes en colocar pequeños ramos en forma de centros de mesa. Otra idea es adornar las sillas, sobre todo si estas son de inspiración vintage.
¡Sobran las ideas! ¡Y es que todo son ventajas con la lavanda!