Si sois jóvenes quizá no lo habéis notado mucho pero os aseguramos que esto es real. Las personas de cierta edad consideran que los crisantemos son las flores de los difuntos; es decir, las que hay que llevar sí o sí al cementerio.

¿De dónde viene esta creencia? Hay varias hipótesis pero, como casi todas las tradiciones, es difícil ponerlas en cuestión o desprendernos un poco de ellas. ¡Nosotras al menos pretendemos que se pueda elegir! Hay flores maravillosas para llevar a tus difuntos: claveles, gladiolos, margaritas, rosas..¿por qué no? Cambiar el enfoque y recordar con amor y nostalgia a nuestros seres queridos es lo importante. Si además, acompañan unas vistosas y alegres flores ¡lo tenemos todo!

Otro mito es el de relacionar siempre las rosas rojas con el amor o la pasión. ¿Desde cuándo los enamorados sólamente tienen una forma de comunicar sus sentimientos? Es cierto que Richard Gere en Pretty Woman ha ‘hecho mucho daño’ pero creednos, sois mucho más originales con un buen ramo de orquídeas o de hortensias, o quizá rosas pero ¡blancas! ¡El caso es regalarlas sinceramente!

Y el cuarto es más que un mito, una moda que no terminamos de entender. ¡Y cuidado! que lleva una pequeña ‘mentirijilla’ detrás. Dada la moda de los ramos de peonías en las novias, algunos profesionales del sector de las flores venden ‘gato por liebre’.

La peonía es una flor delicada cuya adquisición no es fácil. Además, dada la demanda tan brutal que hay, especialmente en primavera y verano, es fácil que nos engañen dándonos híbridos, falsas peonías o peonías cuyo tallo y flor no es de calidad ni está sana. Esto puede llevarnos a algún disgusto en el día de nuestra boda.